Crear una rutina de cuidado de la piel para hombres
Todo el mundo se merece una piel bonita, pero a menudo se pasa por alto este aspecto tan importante del cuidado personal. Si necesitas ayuda para evitar que tu piel se reseque, te pique, se arrugue o se engrase, el cuidado de la piel es un buen punto de partida. También puede ayudar a mejorar el aspecto (y el olor) de tu barba.
El truco está en crear hábitos sólidos que puedas mantener cada día. Estos son algunos consejos clave para empezar.
El truco está en crear hábitos sólidos que puedas mantener cada día. Estos son algunos consejos clave para empezar.
¿Cuál es tu tipo de piel?
¿Normal, grasa, sensible? ¿Una mezcla de diferentes tipos? Cuando cuides tu piel, piensa en el tipo de piel que tienes. La forma más fácil de averiguarlo es lavarse primero la cara y luego ver cómo se seca la piel.
GRASOSA: Si tienes brillo en las mejillas, la frente y la nariz, probablemente tengas la piel grasa. También es posible que te salgan granos más a menudo. Para este tipo de piel, la exfoliación es clave para limpiar los poros obstruidos. Aquí tienes nuestra guía para afeitarte con acné.
SECA: Si tu piel tiene un aspecto escamoso en algunas zonas y se siente tirante, lo más probable es que tengas la piel seca. La crema hidratante será tu mejor aliada para mantener tu piel hidratada.
MIXTA: Si notas que tienes una mezcla de los dos tipos anteriores, puede que tengas la piel mixta. Busca productos que se adapten a todos los tipos de piel.
SENSIBLE: Si notas la piel especialmente tirante o enrojecida, es posible que tengas la piel sensible. Recomendamos productos sin alcohol, colorantes ni fragancias. Si necesitas ayuda para afeitarte con este tipo de piel, tenemos consejos.
NORMAL: Si no experimentas ninguna de estas cosas después de lavarte la cara con un limpiador facial, tienes suerte: lo más probable es que tengas una piel normal. Puedes mantener una rutina bastante sencilla y utilizar la mayoría de los productos.
Ahora que ya conoces tu tipo de piel, asegúrate de encontrar un limpiador o gel facial que funcione para ti. La mayoría de los productos indican para qué tipo de piel funcionan mejor. Algunos limpiadores están diseñados para limpiar la cara y la barba en uno, mientras que otros están formulados pensando en las pieles sensibles.
- Enjuágate la cara con un limpiador facial ligero y sécate la piel con palmaditas suaves.
- A continuación, deja que tu rostro respire durante media hora.
- Vuelve al baño y mírate en el espejo: ¿Qué ves?
GRASOSA: Si tienes brillo en las mejillas, la frente y la nariz, probablemente tengas la piel grasa. También es posible que te salgan granos más a menudo. Para este tipo de piel, la exfoliación es clave para limpiar los poros obstruidos. Aquí tienes nuestra guía para afeitarte con acné.
SECA: Si tu piel tiene un aspecto escamoso en algunas zonas y se siente tirante, lo más probable es que tengas la piel seca. La crema hidratante será tu mejor aliada para mantener tu piel hidratada.
MIXTA: Si notas que tienes una mezcla de los dos tipos anteriores, puede que tengas la piel mixta. Busca productos que se adapten a todos los tipos de piel.
SENSIBLE: Si notas la piel especialmente tirante o enrojecida, es posible que tengas la piel sensible. Recomendamos productos sin alcohol, colorantes ni fragancias. Si necesitas ayuda para afeitarte con este tipo de piel, tenemos consejos.
NORMAL: Si no experimentas ninguna de estas cosas después de lavarte la cara con un limpiador facial, tienes suerte: lo más probable es que tengas una piel normal. Puedes mantener una rutina bastante sencilla y utilizar la mayoría de los productos.
Ahora que ya conoces tu tipo de piel, asegúrate de encontrar un limpiador o gel facial que funcione para ti. La mayoría de los productos indican para qué tipo de piel funcionan mejor. Algunos limpiadores están diseñados para limpiar la cara y la barba en uno, mientras que otros están formulados pensando en las pieles sensibles.
Lavarse la cara
Nuestro consejo básico es lavarse la cara dos veces al día. Suele ser una vez por la mañana, justo al levantarse, y otra por la noche, antes de acostarse. Las personas con piel muy sensible pueden lavarse la cara solo una vez al día. Si te afeitas a diario, esto significa que puedes incluir este paso en tu rutina diaria de afeitado, antes de aplicar un producto para la preparación para afeitar.
Aquí tienes siete sencillos pasos para lavarte la cara.
Paso 1: Lávate las manos.
Paso 2: Pasa las manos por agua tibia y mójate toda la cara.
Paso 3: Pon una pequeña cantidad de limpiador facial en la palma de la mano y frota las manos para hacer espuma.
Paso 4: Aplica el producto por todo el rostro, moviendo las manos en círculos. No presiones demasiado e intenta que no te entre gel facial en los ojos.
Paso 5: Enjuágate la cara hasta que esté completamente limpia de gel facial.
Paso 6: Sécate la cara con una toalla suave y limpia.
Paso 7: Utiliza una crema hidratante en toda la cara, y frótala como si estuvieras usando protector solar. ¡Un poco rinde mucho!
Aquí tienes siete sencillos pasos para lavarte la cara.
Paso 1: Lávate las manos.
Paso 2: Pasa las manos por agua tibia y mójate toda la cara.
Paso 3: Pon una pequeña cantidad de limpiador facial en la palma de la mano y frota las manos para hacer espuma.
Paso 4: Aplica el producto por todo el rostro, moviendo las manos en círculos. No presiones demasiado e intenta que no te entre gel facial en los ojos.
Paso 5: Enjuágate la cara hasta que esté completamente limpia de gel facial.
Paso 6: Sécate la cara con una toalla suave y limpia.
Paso 7: Utiliza una crema hidratante en toda la cara, y frótala como si estuvieras usando protector solar. ¡Un poco rinde mucho!
¿Qué es la exfoliación?
También conocido como exfoliante, un exfoliador es básicamente un producto cremoso o gelatinoso con algo de arenilla. La exfoliación es especialmente beneficiosa para quienes tienen la piel grasa, ya que ayuda a penetrar en los poros y a limpiar la piel, eliminando la piel muerta y los restos de suciedad.
Es bastante sencillo hacer un exfoliante con ingredientes que quizá ya tengas en casa, como azúcar morena, miel, bicarbonato, avena, canela, aloe vera o aceite de árbol de té. Busca recetas en Google y recuerda que nunca debes usar en la cara un exfoliante que sea para el cuerpo. Tu rostro necesitará una fórmula más sensible.
Consejo para afeitarse: Una vez limpia la piel, utiliza un exfoliante antes de afeitarte para conseguir un afeitado más suave y al ras. Este paso funciona bien no solo para la cara, sino también para otras partes del cuerpo.
Es bastante sencillo hacer un exfoliante con ingredientes que quizá ya tengas en casa, como azúcar morena, miel, bicarbonato, avena, canela, aloe vera o aceite de árbol de té. Busca recetas en Google y recuerda que nunca debes usar en la cara un exfoliante que sea para el cuerpo. Tu rostro necesitará una fórmula más sensible.
Consejo para afeitarse: Una vez limpia la piel, utiliza un exfoliante antes de afeitarte para conseguir un afeitado más suave y al ras. Este paso funciona bien no solo para la cara, sino también para otras partes del cuerpo.
No te saltes nunca la protección solar
Considera seriamente incluir el FPS en tu rutina de cuidado de la piel. Muchas cremas hidratantes tienen algún FPS (Factor de protección solar). El FPS 15 es el mínimo establecido por la FDA, pero la Academia Americana de Dermatología recomienda un FPS de al menos 30 para todos los tipos y tonos de piel. De este modo, ayudarás a mantener tu piel a salvo de quemaduras solares, arrugas y problemas cutáneos graves. También ayuda a prevenir las manchas marrones y otros tipos de decoloración. Si estás mucho tiempo al aire libre, piensa en adquirir un FPS más alto para la cara y sigue siempre las instrucciones.
La constancia es la clave, y si seguir estos pasos te parece demasiado, tómatelo con calma. Empieza por integrar uno o dos en tu rutina diaria y sigue a partir de ahí. Puede que no veas resultados de inmediato, pero a largo plazo agradecerás haber dedicado tiempo a cuidar tu rostro.
Más consejos para perfeccionar tu rutina de afeitado y otros recursos útiles.
La constancia es la clave, y si seguir estos pasos te parece demasiado, tómatelo con calma. Empieza por integrar uno o dos en tu rutina diaria y sigue a partir de ahí. Puede que no veas resultados de inmediato, pero a largo plazo agradecerás haber dedicado tiempo a cuidar tu rostro.
Más consejos para perfeccionar tu rutina de afeitado y otros recursos útiles.
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